Tuesday, April 05, 2005

K.O.

Es curioso como en un momento lo que parece un día normal se puede convertir en un día triste. Y eso sucedió ayer, un rato de trabajo por la mañana, universidad por la tarde, llegar a casa y descansar un rato, echar un futbolín con mi progenitor, bien.

Entonces se comenzaron a suceder pequeñas catastrofes, primero RojaEstrella (dícese de la chica que ocupa mi corazón, entre otras cosas...) me comentó que estaba bastante decaida por que unos supuestos amigos suyos habían hecho una fiesta a la que no la habían invitado, con mentiras de por medio (le habían ocultado la fiesta) que se terminaron por saber, cada vez estoy más seguro que la estupidez es una enfermedad contagiosa... porque hay que ser estúpido para hacer las cosas así de mal hechas, y hay que ser más estúpido aún para no invitar a RojaEstrella a una fiesta.

Gancho de derecha.

Mientras RojaEstrella me contaba su estado de ánimo, un correo me llegó... sorpresa sorpresa... un compañero de universidad con el que hago una práctica (llámemosle... Mr. Evasivas) que me decía que la parte que me había entregado un día antes no era correcta y la tenía que cambiar... y yo que ya había usado su parte... vuelve a comenzarlo todo.

Uppercut directo.

En fin, decido irme a dormir, me voy al servicio para lavarme los dientes, me miro en el espejo y zaaaaas... no se sabe de dónde ni porque, pero un nuevo inquilino se había instalado en mi cara, uffff que grano más feo. La verdad es que un grano no es algo tan malo, pero es que este... es MUY GRANDE, es tan grande que me dijo que se llamaba Juan y quería un flan con nata. Siempre llegan de noche, con nocturnidad y alevosía... y no puedes hacer nada contra ellos, aparecen en los momentos menos oportunos.

Knock out.


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